El periodo parlamentario se reanuda la semana entrante y se va agotando el plazo para tratar el proyecto que mantiene el horario de verano como el definitivo, el cual, de no incluirse en la primera o segunda sesión, tendrá sanción automática, y su aplicación quedará a sola forma del Ejecutivo.

La Cámara de Senadores es la que debe tratar el proyecto que cuenta con media sanción de la Cámara Baja y que aprueba el horario de verano (el actual) como el único en todo el año y por ende, elimina el cambio previsto en cada marzo.

Si para el 15 de marzo, el Senado no se expide sobre este proyecto, la ley tendrá sanción automática y posteriormente, el Poder Ejecutivo deberá decidir sobre la promulgación o el veto.

Durante todo el ping pong entre ambas cámaras en el estudio de esta propuesta, el Senado fue el que siempre se opuso a su implementación. De hecho, la iniciativa proviene de Diputados.

Existe un fuerte lobby para que el proyecto sea tratado en los primeros días del reinicio del periodo parlamentario, a fin de evitar correr el riesgo de que se acabe el plazo para su estudio.

Según el senador Martín Arévalo, ya todos tienen una postura asumida y el mismo grupo que vino votando en contra, se mantendría invariable, lo cual indica que habrá números para el rechazo definitivo y envío al archivo.

“Hay una mayoría importante por el rechazo, normalmente no cambiamos nuestras posiciones radicales y creo que eso se va a mantener”, dijo esta semana el legislador.

Actualmente está vigente el decreto por el cual, la hora oficial se atrasa el último domingo de cada marzo y se adelanta el primer domingo de octubre. En tal sentido, de continuar así, el próximo 26 de marzo se volverá a atrasar la hora.

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