Proyectan multiplicar añoso e histórico curupay de la Plaza de Armas de Encarnación

Con el objetivo de preservar su legado, perpetuar su historia y la identidad de Encarnación a través de su patrimonio natural, buscan multiplicar un emblemático curupay ubicado en la Plaza de Armas de la capital de Itapúa.

El gigantesco árbol es incluso un símbolo vivo de la gesta independentista de 1811, y una de las pocas pruebas tangibles de continuidad entre la época jesuítica y la modernización de la ciudad. La interesante iniciativa es impulsada por el concejal de Encarnación, Andrés Morel.

Este árbol no es solo un elemento paisajístico, sino un verdadero guardián de la memoria de la ciudad y de un valor histórico profundo.

El curupay histórico, como lo denominan, enclavado en el corazón de la Plaza de Armas de Encarnación, es un árbol monumental de más de dos siglos de existencia y fue declarado Monumento Natural en 1980.

Su imponente copa y su fuste bajo habla de un árbol urbano que creció a la par de la ciudad y hoy aún proyecta su sombra cargada de memoria. El mismo se erige como uno de los testigos más antiguos de la historia.

“La tradición oral encarnacena asegura que bajo sus ramas se encontraban las tropas de Fulgencio Yegros cuando llegó la noticia del levantamiento de mayo de 1811 en Asunción, hecho que marcó la ruptura definitiva con la Corona Española”, según Morel.

El árbol está ubicado en la Plaza de Armas, espacio que tiene su origen en el antiguo pueblo jesuítico de Encarnación de Itapúa, lo que refuerza su carácter de huella natural de épocas fundacionales.

“Su supervivencia hasta hoy lo convierte en una de las pocas pruebas tangibles de continuidad entre la etapa jesuítica, la independencia y la ciudad moderna”, señaló Morel.

“Preservar el curupay es una obligación histórica, pero también es una oportunidad de multiplicar su simbolismo. Por eso, solicité anteriormente y la reiteraré mediante minuta a la Universidad Nacional de Itapúa (UNI), que se lleve adelante un programa de reproducción de plantines de este árbol emblemático”, añadió el concejal.

De igual modo, comentó que la idea es que los plantines se conviertan en un regalo institucional de la ciudad de Encarnación y que pueda ser entregado en eventos oficiales, encuentros académicos, visitas internacionales y celebraciones cívicas.

“Un obsequio que no es solo un objeto, sino un símbolo vivo de identidad, libertad y permanencia”, manifestó el edil encarnaceno.

En cuanto a los lugares donde se podrían ubicar los plantines, el concejal citó escuelas, colegios, instituciones, plazas, áreas verdes y espacios emblemáticos de la ciudad.

“Cada curupay plantado en escuelas, plazas, instituciones y hogares representará una semilla de historia y compromiso con el futuro. Será la forma más concreta de enseñar a las nuevas generaciones que la memoria no está solo en los libros, sino también en la naturaleza que nos rodea”, expresó.

Asimismo, señaló que la acción se configura como un gesto que “une pasado, presente y porvenir en un mismo símbolo”, además de un merecido homenaje a este árbol centenario y a las generaciones que lo han admirado y cuidado, comentó.

El árbol

El curupay es una especie nativa muy admirada y valorada en América del Sur, por su madera dura y resistente, así como por sus propiedades medicinales. Por ello, abordar su multiplicación requiere considerar varios aspectos claves que caracteriza a la especie cuyo nombre científico es “Anadenanthera colubrina”.

Su longevidad y su arraigo histórico en Encarnación lo convierten en un patrimonio natural invaluable. Fuente: UH