Al margen de las preferencias personales, el horario de invierno, denominado UTC GMT-4, es el que históricamente utilizó Paraguay, hasta que, en la era stronista se dispuso adelantar una hora en verano. En el Senado plantearán retornar a este sistema y la proyectista explica los argumentos.

La senadora Blanca Ovelar anunció este lunes que presentará un proyecto de ley mediante el cual propondrá el retorno al huso horario histórico del Paraguay, es decir, al UTC GMT-4, que significa, a cuatro horas del meridiano de Greenwich, que es el meridiano cero.
Este meridiano sirve como punto de referencia para medir no solamente la longitud geográfica, sino también la Hora Universal Coordinada o UTC por sus siglas en inglés. Es decir, para determinar la hora exacta en todo el mundo.
El horario GMT- 4, mejor conocido como horario de invierno, es el que distribuye mejor la claridad y la oscuridad en nuestro sistema y esto se evidencia con mayor rigor en el invierno, precisó la senadora Ovelar.
De hecho, ese es el horario que siempre se utilizó en el país hasta que el 27 de septiembre de 1972, cuando el horario que regía era el del invierno, Stroessner firmó el decreto mediante el cual estableció el adelanto de una hora cada primer domingo de octubre, pero con el atraso y retorno al horario de invierno en marzo.
En verano, la luz solar en Paraguay dura 14 horas y en invierno, menos de 11 horas, con lo cual, aplicar el horario de verano en este periodo de otoño-invierno no solamente afecta la movilización matutina, sino que también altera la salud.
Un concepto que se desarrollará en la exposición de motivos es el del ritmo circadiano, que es como un reloj biológico que regula todo el sistema inmunológico y corporal. Esto se ve afectado cuando, sistemáticamente uno se fuerza a levantarse antes de la aparición de la luz solar, repercutiendo en la vida, el ánimo, el humor y el estado de salud en general.
“La movilización para el trabajo, para ir a la escuela, eso se ve tremendamente afectada, eso es innegable, tenemos que rendirnos a la evidencia. Siempre habrá gente a favor y en contra, pero la legislación se hace en función al sentido común y a un sentido de humanidad y comprensión de la realidad social de la gente”, opinó la proyectista.
A esto se suman factores de seguridad, pues, en la oscuridad, la sensación de inseguridad es superior y perjudica a los estudiantes de escuelas rurales que deben ir caminando o, cuanto menos, caminar hasta la parada sin luz solar y sin la posibilidad de que alguien los lleve.
Además, en zonas rurales, no existe suficiente cobertura de alumbrado público para iniciar toda la movilización para las actividades comerciales y educativas.
Si el horario de verano estuviera vigente en invierno (hoy estamos todavía en otoño), el sol saldría recién a las 7:40 de la mañana, lo que significa que, todos saldrían de sus casas a oscuras. En tanto, en nuestro horario habitual de invierno el sol sale a las 6:40.
Esto, con base a datos elaborados por el profesor de la Facultad de Ingeniería, Carlos Sauer.
En cuanto a las actividades de los diferentes sectores, el grueso se moviliza a la mañana y el promedio es el siguiente:
Estudiantes del turno mañana de 7:00 a 12:00
Servidores públicos de 7:00 a 15:00
Ciudadanos para acceder a servicios públicos, bancarios, comerciales, entre las 7:00 y las 13:00
Respecto a la propuesta de la legisladora Lizarella Valiente, de que el turno mañana ingrese media hora más tarde, Ovelar señaló que esa no es la solución. Fuente: HOY