Jóvenes de la Pastoral Juventud Arquidiocesana (PJA) alzaron su voz este domingo en el Gran Jubileo Arquidiocesano de los Jóvenes 2025, ocasión en que repudiaron la corrupción, la narcopolítica, la violencia y la inseguridad, entre otras cuestiones.

Los jóvenes de la Pastoral Juventud Arquidiocesana (PJA) participaron a las 09:00 de este domingo en la peregrinación hasta la Catedral Metropolitana de Asunción y posteriormente estuvieron presentes en una misa, realizada en el Gran Jubileo Arquidiocesano de los Jóvenes 2025.
En la ocasión, los jóvenes alzaron la voz ante la realidad social y política de nuestro país, donde ven la falta de compromiso de las autoridades, pues “no priorizan el bienestar común general, sino que priorizan sus intereses personales o políticos, mientras dejan campear la corrupción, la narcopolítica, la violencia y la inseguridad”.
Mencionan que la seguridad en nuestro país se convirtió en un privilegio, no un derecho. Sienten la inseguridad en las calles y mencionan que son vulnerables a abusos en redes sociales.
“El Estado es incapaz de proteger a sus ciudadanos”, dicen
En ese sentido, recuerdan la trágica muerte de la joven María Fernanda Benítez Martínez, de 17 años, quien estaba embarazada y fue asesinada presuntamente por otro adolescente que sería el padre del bebé que estaba esperando. El hecho que conmocionó a toda la comunidad ocurrió en Coronel Oviedo, Departamento de Caaguazú.
Afirman que este feminicidio, deja como evidencia la ausencia del Estado, “incapaz de proteger a sus ciudadanos”.
“Su caso nos recuerda la urgente necesidad de construir una cultura de cuidado, donde la seguridad y el buen trato sea una garantía para todos”, manifestaron.
Anhelan una infraestructura y recursos que haga realmente equitativa la educación, con acceso a un aprendizaje de calidad, con planes realmente pertinentes y actualizados, con profesores altamente motivados por su prestigio, liderazgo y respeto de parte de los políticos y de la sociedad.
Repudian la falta de oportunidades y la precariedad laboral
Afirman que les duele la inequidad económica, en un sistema donde el 50% de los ingresos se concentra en el 20% más rico de la población, mientras que el 20% más pobre, especialmente los jóvenes, solo percibe el 4,9%, por la brecha salarial, la falta de oportunidades por una deficiente educación y una precariedad laboral que obliga a tantos jóvenes a vivir el tan doloroso desarraigo.
Denuncian la falta de ideas de los gobernantes para invertir de manera más inteligente en los servicios de salud, donde la mayoría solo cuenta con el seguro de la solidaridad de sus vecinos y polladas.
En cambio, “hay una casta que se enriquece, lucrando a costa de las necesidades de medicamentos y tratamientos adecuados”.
Les indigna la discriminación hacia los más vulnerables
Además, refieren que les indigna la discriminación hacia los grupos más vulnerables, entre ellos, las mujeres, los campesinos y los pueblos originarios, quienes luchan contra una profunda desigualdad arraigada en nuestra cultura, que se refleja en la mentalidad y conducta de los encargados de impartir justicia.
Desean unir sus voces a la de los pastores que, de manera sostenible, vienen denunciando este trato indigno e injusto.
“Nos entristece la falta de oportunidades laborales, donde se cierran tantas puertas por no contar con el requisito de la experiencia laboral y más aún viendo cómo personas que no están capacitadas cobran millones, solo por ser familiar, hijo, amigo o conocido de algún político de turno”, agregan.
Valoran la familia y se esforzarán para no ser olvidados
Por otro lado, valoran la familia, su primera escuela de amor, aunque algunos no lo sientan así, sigue siendo el primer lugar donde uno aprende a amar, a confiar y a vivir la fe.
Por último, afirman que se esforzarán por construir una sociedad donde ningún joven sea olvidado ni marginado, en la que todos sean reconocidos y valorados, sin importar su condición o discapacidad, donde puedan encontrar oportunidades para crecer, desarrollarse y vivir con dignidad. Fuente: UH