Compañeros de feria lloran la muerte de Hermelinda y su nieta

Hermelinda Báez (55) y su nieta Montserrat Brítez (15), fallecidas en el derrumbe del edificio en Encarnación, eran feriantes conocidas en la zona donde ocurrió la tragedia. Vendían comida a una cuadra del lugar del colapso y su muerte dejó una herida profunda entre los demás trabajadores del sitio.

Victoriano Ojeda, feriante desde hace más de dos décadas, no pudo contener su tristeza al recordar a su compañera. “Fue un golpe grande. Hermelinda era una mujer trabajadora, luchadora, que nunca molestaba a nadie. Solo quería ganarse el pan de cada día”, dijo al canal GEN.

Los feriantes, acostumbrados a dormir sobre cartones y resguardar su mercadería por miedo a robos, sienten que la tragedia podría haberle pasado a cualquiera. Ambas solían instalarse en la feria y muchas veces se quedaban a dormir en el lugar. “Ella no siempre podía volver a su casa en Capitán Miranda porque no tenía buses. Algunas veces se quedaba a dormir acá (en la feria). Yo duermo acá en el piso porque no podemos dejar nuestras mercaderías, no podemos pagar un hotel”, relató.

La joven Montserrat, que acompañaba a su abuela desde hace algunos meses, también era muy querida.

El siniestro ocurrió el miércoles 2 de abril, cerca de las 22:19, sobre la calle Capitán Molas y avenida Japón. La estructura, destinada a ser un hotel, colapsó dejando bajo los escombros a dos personas que se encontraban en el lugar: Hermelinda Báez, de 55 años, y su nieta Monserrat Brítez, de 15 años. Fuente: HOY