Las autoridades de un colegio de Villa Elisa, departamento Central, detectaron “una granada” en la mochila de un alumno de 15 años.

“Es una granada aparentemente, sería una réplica, agentes de la FOPE llegaron para comprobar el hecho y se abre una investigación. Se supo a través de una llamada recibida por un agente policial, quien dio aviso a su superior y se aplicó el protocolo para estos casos”, dijo a la radio 1020 AM el comisario Alfonso Caballero, de la comisaría 11 de Arroyo Seco.

Preguntado sobre su acción, el chico respondió que era “para una broma”, declinando de inicio decir dónde había hallado el artefacto que, según la ley de armas, está prohibido su tenencia, y aún siendo réplica.

Este episodio suma un nuevo caso de alumnos que concurren a escuelas y colegios munidos de armas (reales o de réplica), y que forma parte de una escalada de hechos de violencia juvenil, que ya cuenta incluso con víctima mortal.

Los niveles de conflictividad en los centros educativos, se acrecentaron significativamente en los últimos años. El fenómeno es abordado “ruidosamente”  por breves lapsos.  

Sin embargo en el transcurso de los días sucesivos a un episodio, el asunto se disipa y vuelve a sumirse en el silencio, escondiendo temporalmente el problema, que crece a niveles calificados por analistas como “preocupantes”.

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