Aunque los colapsos de edificios no son frecuentes en el país, sus consecuencias suelen ser trágicas. Los expertos advierten sobre los peligros ante la falta de controles y la nula cultura de mantenimiento de las construcciones edilicias.

La falta de normativas técnicas sobre el uso del hormigón, la ausencia de controles de calidad y la escasa cultura de mantenimiento preventivo exponen a los edificios a fallas estructurales que pueden cobrar vidas, advirtió el Dr. Ing. Sergio Gavilán, docente de la Facultad de Ingeniería de la UNA y experto en estructuras.
El especialista alertó que se requieren normas claras, controles rigurosos y responsabilidad compartida en los proyectos, tanto para evitar tragedias como para garantizar la seguridad de las construcciones a largo plazo.
En ese sentido, Gavilán enfatizó que los errores más comunes que derivan en fallas estructurales se originan principalmente en la ejecución de las obras (51%) y en la planificación (37%), mientras que en menor medida inciden la falta de mantenimiento (7,5%) y la calidad de los materiales (4,5%).
“Las fallas estructurales no son exclusivas de Paraguay. Ocurren también en países desarrollados, pero se pueden minimizar con una correcta normativa y cultura profesional”, sostuvo el experto.
Gavilán expondrá sobre este tema en el Foro Internacional de Ingeniería 2025, organizado por el Centro Paraguayo de Ingenieros (CPI), que se celebrará de forma gratuita el próximo miércoles en Asunción.
El ingeniero resaltó la necesidad de reglamentaciones específicas para el diseño, construcción y control de estructuras de hormigón armado, como también de laboratorios acreditados para ensayos de calidad de los materiales, siguiendo modelos aplicados en España y Brasil.
Además, propuso la colegiación obligatoria de los profesionales ingenieros, de forma que todos los proyectos estructurales sean revisados por un tercero independiente, que asuma corresponsabilidad técnica sobre el diseño. El CPI ya impulsa un proyecto de ley en ese sentido.
También recomendó implementar la obligatoriedad de ensayos de recepción de obras, antes de su uso, a fin de verificar que cumplan con los estándares de seguridad previstos.
“No podemos seguir confiando solo en la buena voluntad del constructor. Se necesita legislación, control técnico y cultura de prevención”, advirtió.
Como referencia, mencionó el Código Técnico de la Edificación (CTE) de España y la Norma de Desempeño de Brasil, que establecen estándares mínimos de seguridad y obligan a contar con seguros de construcción y revisión técnica externa.
Gavilán también hizo hincapié en la falta de mantenimiento sistemático de los edificios, una práctica que suele ser postergada hasta que ocurre un accidente, como el reciente derrumbe en Encarnación, donde fallecieron una mujer de 55 años y su nieta de 15.
“El mantenimiento preventivo sigue siendo muy bajo. Solo se toma conciencia cuando ocurre una tragedia”, señaló.
Advirtió además que el cambio climático plantea nuevos desafíos al diseño estructural, ya que las variaciones térmicas extremas y cada vez más frecuentes pueden generar fisuras internas en las estructuras, afectando su durabilidad. Fuente: HOY